Se refiere a las actividades que se realizan en nuestro colegio y se expresa el agradecimiento al profesorado y a la Dirección del Centro.
¡MUCHAS GRACIAS JULIO!
(A continuación el texto íntegro)
LA REVOLUCION EN LA DOCENCIA
Desde la muy conocida canción de los padres salesianos que los niños de los Salesianos cantaban al unísono entonándola de esta manera (que buenos son los padres salesianos, que buenos son que nos llevan de excursión) han pasado muchos años.
A mí me quedan muy lejos los padres salesianos, yo más bien era de las excursiones al Montecillo, Cueva de la Mora, Roscas, como muy lejos al Balneario a descubrir por primera vez el misterio del agua caliente.
Pensaba que la revolución en la docencia la había vivido yo en la transición de la democracia. Aprendimos en unas aulas caducas con el retrato de Franco como testigo, vivimos de primera mano el cambio de figura. Entonamos el canto a la primavera desde el pasillo del colegio cada mayo y en rigurosa fila coreamos el “Con Flores a Maria”.
La revolución llegó con los nuevos profesores, instruidos en esas universidades cargadas de aires nuevos, maneras de trabajar distintas a las que hasta la fecha no conocíamos, para mí estos profesores eran el cambio, ellos apostaron por una docencia más cercana, nos enseñaron otras técnicas de estudio y sobre todo nos trasmitían confianza.
Los años pasan y las circunstancias de la vida hacen que las personas nos alejemos del centro escolar donde estudiamos de pequeños. Cuando te quieres dar cuenta ya han pasado treinta años y te sumerges de nuevo, con mucha mas responsabilidad, te sumerges con tus hijos, con esos hijos a los que les quieres dar lo mejor.
Es entonces cuando de primera mano yo personalmente he visto la revolución, la REVOLUCIÓN con mayúsculas, EL CAMBIO. Sobre todo en esta última década donde hemos conocido en nuestras propias carnes la famosa globalización, las gentes de los mundos se unifican en una misma aula para aprender los unos de los otros, con lo que ello conlleva.
A estos cambios se han visto obligados los docentes y más en algunas poblaciones con una tasa de inmigración que rompe las estadísticas más alarmistas, éste es el caso del colegio público de Fitero donde la tasa de inmigración es del 48 %.
En el colegio de Fitero es sorprendente ver como todo el claustro de profesores hacen su trabajo excepcionalmente adaptándose a las circunstancias de este nuevo cambio, pero esto no se queda tan sólo en el día a día, todos trabajan de una forma sorprendente, es curioso ver como siendo un colegio tan pequeño con tan sólo 174 escolares ganan premios reconocidos nacionalmente, preparan proyectos junto a otras provincias que serían la envidia de otros colegios. En definitiva, una gran cantidad de actividades extraescolares que a ellos les supone un gran esfuerzo que en muchas de las ocasiones las realizan en horarios que pertenecen a su ocio personal.
Se puede pensar que es un poco exagerado felicitar a las personas por el trabajo que desarrollan, alguno puede pensar que están remunerados, yo soy de la idea que a todo trabajador hay que reconocerle el esfuerzo profesional, más cuando se realiza de forma altruista.
Este es el verdadero cambio.
Es un cambio en la docencia que no conocía, es la revolución en la enseñanza.
En una sociedad tan profesionalizada donde incluso el clero quiere cobrar por alguno de sus oficios, una idea muy acertada en mi forma de ver. Es para mí una obligación reconocerles el esfuerzo y el trabajo realizado con nuestros niñ@s y dar las gracias al claustro de profesores y, en particular, al equipo directivo.
Julio Gonzalez Garbayo.
Padre de Alumna de quinto del colegio Publico Juan de Palafox
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